La pregunta del millón, ¿quién ganó el debate?, cada partidario dirá que fue su candidato, yo mismo estoy tentado a responder que PPK, así que la respuesta sólo puede ser una: el que tú creas que ganó.
No voy a analizar las propuestas presentadas por nuestros candidatos durante el debate, para eso están sus planes de gobierno, pero, sin ánimos ni ambición de influir en las decisiones personales de nadie, sí doy mi opinión sobre sus desenvolvimiento, básicamente no hubo sorpresas, cada candidato se ciñó a su guión y ninguno arriesgó mucho:
Ollanta Humala, en lo referente a la presentación de sus propuestas se mostró seguro y sobrio, lamentablemente decidió hacer oídos sordos a todas las preguntas y usar ese espacio como plataforma de campaña, y cuando le tocó preguntar se dedicó a atacar discretamente a sus oponentes mediante los estribillos “¿Estás de acuerdo con mis propuestas?” “¿Por qué no las hiciste cuando estabas en el gobierno?”
Prácticamente cada palabra que pronunció tuvo que leerla, se mostró repetitivo y esquivo, me resisto a creer que alguien capaz de llegar a estas instancias en una elección presidencial no sea capaz de improvisar y responder sobre la marcha a preguntas relacionadas con sus propias ideas, lo único que se me ocurre para explicar su incapacidad de hacerlo, es que no eran sus ideas, sino un guión que otros le prepararon. Pese a todo su estrategia fue clara, mostrarse diferente a los demás, el cambio personificado.
Alejandro Toledo, en general tuvo un buen desenvolvimiento, fue claro y mordaz, engolosinándose especialmente con Humala y Fujimori (el salto al vacío y la hijita de papá), lo malo fue que hizo demasiado hincapié en su campaña del miedo, tratando de hacer sentir a la población que sólo él puede ser su salvación, a pesar de que las últimas encuestas han demostrado que, al hacerlo, lejos de atraer votos hacia él, han ido hacia Humala.
Pedro Pablo Kuczynski, en la parte de la presentación de propuestas estuvo impecable y al responder lo hizo con bastante propiedad, sin embargo a la hora de hacer sus preguntas le faltó fuerza, no atacó con la mordacidad debida y se le notó algo tímido, apostó sus cartas a su imagen de tecnócrata, con propuestas serias y realistas y con muy pocos ataques, aunque alguno lanzó.
Keiko Fujimori, se enfrascó, como durante toda su campaña, en los logros de su padre y minimizó sus fracasos, esto se notó especialmente cuando Castañeda y Toledo le preguntaron por cómo durante la década del 90 el empleo bajó considerablemente mientras que la pobreza aumentó, a lo que ella le replicó que para ello estaban los programas sociales e incluso le echó en cara a Toledo que durante su gobierno no hubiera seguido con los mismos. Quizá Keiko nunca escuchó el viejo proverbio “da a un hombre un pescado y comerá un día, enséñale a pescar y comerá toda la vida”, los pobres no necesitan limosnas sino oportunidades para ganarse la vida de manera digna.
Luis Castañeda, respondió de manera adecuada y supo esquivar y hasta devolver algunos ataques, sin embargo en la presentación de propuestas poco le faltó para prometer el cielo, junto a Toledo son los candidatos que más están ofreciendo últimamente, otro proverbio para ellos “el que mucho abarca, poco aprieta”.
En resumen, el debate, muy probablemente, no servirá para que ningún peruano cambie su voto, pero sí podría servir para que los indecisos, un importante 30%, definan el suyo, lamentablemente no podremos saber los efectos que tendrá en las preferencias electorales, al menos no de manera oficial, a partir de la medianoche de hoy está prohibida la difusión de encuestas, pero les garantizo que al menos en twitter y otras redes sociales estas cifras se conocerán.
Hemos llegado a la recta final, todo lo que queda es esperar, con impaciencia, al día central y que sea lo que el pueblo quiera.
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