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Natural de Iquitos. Ingeniero Civil de profesión y curioso de vocación. Soy un lector compulsivo y apasionado por las personas.

lunes, 11 de abril de 2011

LA DEMOCRACIA NO HA MUERTO

Apaguen los cirios, acallen los gemidos y sequen las lágrimas, la Democracia No Ha Muerto.

La Primera Vuelta de las Elecciones Presidenciales 2011 ha terminado y tenemos dos finalistas, Ollanta Humala y Keiko Fujimori, considerados por la gran mayoría de la población, gracias a una metáfora de nuestro nobel de literatura, como el Sida y el Cáncer para el Perú, a todas luces las opciones más antidemocráticas, sin embargo, pese a todo lo dicho y hecho en las últimas semanas, lo único cierto, es que ellos ingresan a esta instancia de forma democrática y si somos consecuentes con los ideales que tanto pregonamos, debemos respetarlo.

Es cierto, existe un peligro latente, en el sentir de muchos, que tanto Ollanta como Keiko, intenten instaurar sendas tiranías en nuestra nación, pero ¿Y QUÉ? De darse el caso, no nos quedaremos sentados, no esta vez, la Democracia No ha muerto en el Perú, al menos no todavía, y debemos asegurarnos que siga viva, después de todo ¿qué es democracia sino el Poder del Pueblo?, la Democracia no requiere de un líder demócrata sino de un pueblo unido.

La Democracia quizá esté asustada, pero sigue ilesa y, como es mejor prevenir que lamentar, debemos prepararnos para defenderla, si la sociedad política falla, entonces la Sociedad Civil debe tomar las riendas. El Perú carece de una Sociedad Civil fuerte, cuando no nos gustan nuestros gobernantes echamos la culpa a los que los eligieron y nos desentendemos de todo, es por ello que estamos indefensos ante los caprichos de nuestros “dirigentes” políticos, por eso parece que cada que avanzamos como nación, volvemos a retroceder, pero éste es el momento de cambiar eso, no veamos lo acontecido en las urnas electorales como una desgracia, sino como una oportunidad, una oportunidad sin precedentes de unir a la población, cosa que no hicieron nuestros candidatos “demócratas”, y crear una sociedad civil tan fuerte que la tiranía no encuentre suelo fértil para crecer en nuestro Perú.

Tenemos dos finalistas, pero no es el fin. ¿Por qué temerle a Ollanta y Keiko? Son ellos los que deberían temernos a nosotros. Alberto Fujimori triunfó porque el Perú se lo permitió, recordemos que tras su fatídico autogolpe de estado, el 80% de la población lo celebró, así es, nosotros se lo permitimos, cerramos los ojos porque no quisimos ver y hasta aplaudimos mientras la Democracia era perseguida, acorralada y terriblemente herida, sin embargo ni aún entonces, la Democracia murió, aunque sí tuvo que esconderse a la espera de tiempos mejores, a la espera de refuerzos, a la espera de sus soldados, NOSOTROS. Cuando estalló el escándalo de los vladivideos, fue el Pueblo, no un caudillo, por mucho que nos hayan querido vender eso, el que se levantó y enfrentó a la dictadura. Fujimori no tuvo miedo de Toledo, sino del Pueblo, ese Pueblo al que había distraído con el miedo al terrorismo y adormecido mediante limosnas (“ayudas sociales”), ese Pueblo había despertado y estaba furioso, la Democracia salió de su escondite y por fin, amparada en el Pueblo, plantó cara, y aunque el tirano seguía teniendo el mismo poder político, económico y militar, salió huyendo de la manera más cobarde en la historia del País, para posteriormente renunciar a buen recaudo en Japón, no sin antes, claro está, ayudar a su viejo camarada, Montesinos, a hacer lo propio.

La Democracia nunca murió y nunca morirá, porque la Democracia viene de nosotros, porque Democracia somos todos y no debemos volver a olvidarlo.

Agrupémonos, la Democracia convoca a sus soldados, acudamos al llamado, formemos sociedades civiles poderosas, en principio no nos preocupemos tanto por la cantidad de nuestros miembros, pero sí de la calidad, juntémonos con personas honestas, respetuosas de las ideas de los demás pero que no se dejen comprar ni amilanar, acordemos nuestros objetivos e ideales, no dependamos ya de un caudillo, los caudillos fallan, los ideales no, y preparémonos para luchar, el campo de batalla serán las calles, las redes sociales y cada uno de nuestros hogares, de manera que si un tirano o tirana trata de levantarse y autoproclamarse nuestro salvador, nos levantaremos también y le gritaremos: NO NECESITAMOS UN SALVADOR, CALLA, HAZ EL TRABAJO PARA EL QUE TE ELEGIMOS Y PUNTO.

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