Por primera vez en la historia de las Elecciones Presidenciales en nuestra nación, tendremos una Segunda Vuelta entre 03 candidatos, sí lo leíste bien, tres.
1) Keiko Fujimori: Credenciales para aspirar a la presidencia, ninguna, ¿qué logros tienes Keiko en la vida? Cuando uno se concursa para un puesto de trabajo no presenta el currículo de su padre (sabiduría twittera). Y por si fuera poco esas credenciales están manchadas. Alberto Fujimori fue un tirano, no hay forma de discutir eso, aunque los fujimoristas opinen lo contrario, y es que con su nula capacidad de autocrítica, para ellos el golpe de estado, la tiranía, el atropello a los derechos humanos (y que quede claro, estoy hablando de asesinatos), fueron hechos excepcionales que se justificaron en el momento crítico que pasaba el Perú y no creen que se vuelva a repetir. No, repito, No hay justificación alguna para lo que hizo Alberto Fujimori, ¿acaso la democracia es algo que se pueda poner y quitar según la conveniencia? Y, finalmente, ¿qué garantía tenemos de que no se dé otro momento “excepcional” que justifique reinstaurar el reinado de terror fujimorista? ¿quién decide cuándo? Quizá, ¿Alberto? ¿Y qué hay de la inmensa red de corrupción? Ah, no, eso era cosa de Vladimiro y nadie del partido fujimorista se enteró jamás, en especial el Presidente, ¿lo dije bien, Keiko? Lo único bueno que le veo al fujimorismo es que ya lo conocemos y nos será más fácil enfrentarlo.
2) Ollanta Humala: Aunque Ollanta, es oficialmente sólo un candidato, tiene dos personalidades y la pregunta que todos se hacen es, de resultar ganador, ¿cuál versión gobernará?
a) Versión Chávez: Quizá el peor escenario posible, incluso peor que el fujimorismo, vayan olvidándose de la democracia y las libertades personales, al menos Fujimori intentaba guardar las apariencias (¿para qué amenazar si puedes sobornar?), ah, y también pueden ir olvidándose de la estabilidad económica del país, ahorrar es cosa del pasado, lo mejor es tirar el dinero, así todos seremos más ricos, sino pregúntenle a Venezuela y su creciente deuda externa. Humala siempre fue un fiel seguidor de Hugo Chávez, su plan de gobierno lo confirma, así como su entorno inmediato, izquierdistas radicales de los que mejor ni hablar. Hablando de ello, a los fanáticos de la literatura del miedo, les recomiendo leer su plan de gobierno, más de 100 páginas del más absoluto terror político, no apto para personas con problemas cardiacos.
b) Versión Lula: Quizá, dada la realidad nacional, el candidato soñado por la gran mayoría de peruanos, un estadista absolutamente demócrata, listo para llegar a acuerdos con todas las bancadas políticas, preocupado por igual de la estabilidad económica nacional como del bolsillo del poblador común, una izquierda con cerebro, una derecha con corazón, (asu, sonó a eslogan político), claro, esta versión carece de plan de gobierno, pero tiene un compromiso con el pueblo peruano que lo suple a cabalidad. No hay mucho que objetar de este candidato, le daría mi voto sin parpadear y con el pecho henchido, el problema es, que no sé si estaría votando por este candidato, los asesores brasileños que crearon a éste Humala no se quedarán por siempre a su lado, ¿quién le escribirá luego lo que tiene que decir y hacer? A menos que no haya sido todo actuación, que el comandante haya recapacitado, decidido guiarse por los ideales de Lula y dejar atrás su pasado Chavista, cómo me gustaría creer eso.
¿Cuál de estos 03 candidatos piensan que nos tocará? Por lo pronto yo voy practicando: “A sus órdenes, mi comandante”, o tal vez “Como desee su alteza, Keiko”. Jajaja, tranquilos, nada me enorgullecería más que llegar a ser un dolor de muela para Ollanta y/o Keiko. Vigilemos peruanos, vigilemos.
Si, al igual que una amiga mía, están pensando en viciar su voto, les recuerdo que entre Ollanta y Keiko tienen el 50% de los votos y se necesitarían las 2/3 partes de votos blancos y/o nulos para anular una elección, así que simplemente no dan las cuentas.
Una vez más, debemos elegir por quién votar, el pueblo decidirá, lo que nos queda a los demócratas, es vigilar.
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