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Natural de Iquitos. Ingeniero Civil de profesión y curioso de vocación. Soy un lector compulsivo y apasionado por las personas.

martes, 16 de junio de 2015

¿Puede hacerse política sin caer en corrupción?

Una amiga mía hizo esta pregunta y la respuesta automática general fue "No".

Por mi parte, quizá muy idealistamente, respondí que sí es posible, aunque con las reglas de juego actuales debo admitir que es bastante difícil. El problema principal parece radicar en la forma de acceder al poder, dado que casi siempre se requiere de una costosa campaña para hacerse lo suficientemente conocido para resultar elegido, que dependiendo del origen del dinero puede conllevar a dos escenarios:

- Si es dinero propio del candidato, muy probablemente tratará de recuperar su "inversión" a como dé lugar.
- Si es dinero de terceros, deberá pagar por ello, generalmente con favores políticos.

Pocos son los que logran llegar al poder con campañas austeras y sin haber comprometido su conciencia, salvo quizá en el caso de líderes de reconocida trayectoria.

Dada la realidad, qué podemos hacer para cambiar las cosas, probablemente lo mejor sería cambiar las reglas de juego, para ello podríamos tomar como referente al país menos corrupto del mundo, Finlandia, he aquí un buen artículo sobre el tema: http://www.elsentidodelavida.com/2010/11/asi-lucha-finlandia-contra-la.html

Pero mientras llegamos a ser como ellos, ¿qué hacemos en la realidad actual? El votante peruano ha aprendido a aceptar el famoso "Roba pero hace obras", que a mí personalmente me suena muy similar a lo dicho por las mujeres maltratadas por sus maridos, "Me pega pero me quiere". Creo que la gran mayoría estaremos de acuerdo en que el maltrato no es justificable en modo alguno y que la dama en cuestión debería denunciar y abandonar al maltratador sin darle segundas oportunidades. Sin embargo ante el maltratador nacional, el político corrupto, estamos dispuestos a perdonar y dar oportunidades una y otra vez, en una suerte de masoquismo patológico decidimos que así es la realidad y nada podemos hacer. Pero al igual que en el caso del maltratador doméstico, la solución es la misma para el maltratador político, echarlo de la casa (del poder) al primer golpe (robo) y no volverlo a dejar entrar.

La más reciente encuesta de IPSOS publicada por El Comercio tiene mucho que decir al respecto (http://elcomercio.pe/visor/1818608/1135240-garcia-y-toledo-son-percibidos-como-politicos-mas-corruptos-noticia), donde Alan García y Alejandro Toledo son considerados los más corruptos, seguidos de cerca por Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia, más abajo del ranking de corrupción se encuentran Keiko Fujimori, a quien yo pondría mucho más arriba por el partido que representa; quedando al fondo de la tabla Pedro Pablo Kuczynski. En un país que desea dejar atrás la lacra de la corrupción, esta tabla debería poder invertirse y dar como resultado la intención de voto para cada candidato, dejando a PPK en la cima de las preferencias seguido de Keiko, sin embargo esto no se da y es precisamente Keiko la que está liderando las encuestas. Siendo aún más estrictos, estos número deberían conllevar a que aparecieran nuevos nombres en las encuestas, sería lo más saludable, no es sano seguir dando oportunidades a corruptos, por mucho que nos juren que las cosas serán diferentes ahora, solo con el cambio tendremos mayor oportunidad de escoger a un buen candidato y sobretodo, los políticos corruptos tendrán evidencia de que si se portan mal serán castigados, sino por la ley, al menos por los votantes que nunca más le darán otra chance. El mensaje debe ser claro y tajante: TE PORTAS BIEN O TE LARGAS Y NO VUELVES MÁS.

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